Tras la muerte de su esposa, Henry Cobb (Poitier) es un hombre destrozado que ha perdido las ganas de vivir. Durante cincuenta años se ha dejado la piel fabricando los ladrillos con los que se ha construido la ciudad de Springfield. Pero, de repente, la oportunidad de mantener vivo el recuerdo de su mujer y rendirle un homenaje se le presenta en forma de contrato para fabricar los ladrillos destinados a reconstruir la biblioteca de la escuela, a la que su mujer dedicó su vida