Hye-Suk se ocupa de la familia de Si-Mok. Ella está celosa de la cálida relación entre Si-Mok y su esposa, Ae-Ja y la mata y toma su felicidad y riqueza usando a la madre de Si-Mok, la Sra. Heo, y Chun-Cheol. Diez años después, Ae-Ja ingresa a la casa de Si-Mo siendo una maestra de su retrato que dibuja Chun-Cheol. Su fantasma mata a Hye-Suk y al señor Heo, pero no puede matar a sus hijos debido a un Bodhi-sattva. Mientras Si-Mok pide perdón, al darse cuenta de que esta infelicidad se debe a la falta de reconocimiento, el fantasma de Ae-Ja sube al cielo.