Es 1958, el año de la muerte de papa Pío XII. Angelo Transeunti (Yves Beneyton), guapo, rico, inconformista y teórico del superhombre, entra en una escuela religiosa. Con su llegada, la vida del internado se trastorna: Angelo pone en marcha un plan de "burla" destructiva de la institución contra el vicerrector Padre Corazza (Renato Scarpa); según su teoría de que el poder necesita el miedo, realiza con un grupo de estudiantes plagiados por su carisma, un espectáculo grotesco y blasfemo, el Faust de Brecht que causa confusión en el orden aparente. Mientras tanto, los sirvientes domésticos - marginados humanos abandonados que sufren una explotación extrema disfrazada de caridad cristiana - dirigidos por Salvatore (Lou Castel) se rebelan y hacen huelga.