Después de comprobar el video de vigilancia, Sarah y Holder darán el nombre de uno de los asesinos de Rosie. Por su parte, Richmond recibe una misteriosa llamada y concerta una cita con dicha persona. Ajenos a los últimos acontecimientos sobre el caso de su hija, los Larsen deciden empezar una nueva vida en un nuevo hogar… sin imaginar a quién tienen de vecino.